Guía informativa Bastet

Enfermedades

El carcinoma de células escamosas es uno de los tumores malignos que puede sufrir nuestro gato. La causa principal es la exposición al sol, a la radiación ultravioleta (UV), y suele localizarse casi exclusivamente en la cabeza.

Los gatos blancos, o con zonas blancas o claras en su pelaje, son los que presentan el mayor riesgo.

El pelaje es una barrera física a la radiación UV, por lo que el cáncer de piel aparece en regiones dónde hay poco pelo y no pigmentadas como las orejas, los parpados, labios o el plano nasal.

Las lesiones comienzan con enrojecimientos que van y vienen para luego evolucionar, a medida que pasa el tiempo a rojeces (eritemas) permanentes con descamaciones y pérdidas de trocitos de piel.

En la siguiente fase comienzan los sangrados y la formación de costras. Si no se tratan, las lesiones se ulceran y, posteriormente, invaden y destruyen los tejidos próximos.

Los principales signos de daños solar o cáncer de piel son:

  • Cambio de color en orejas y/o alrededor de los ojos o nariz o labios.
  • Manchas o escamas
  • Rascado excesivo en las zonas afectadas
  • Enrojecimiento
  • Erosiones con o sin sangre
  • Costras
  • Pérdida de pelo
  • Puntas de orejas dobladas hacia afuera

Ante un mínimo signo de daño solar, debe acudir a su veterinario. Un diagnóstico temprano evitará futuros sufrimientos y se distanciará la posibilidad de una intervención quirúrgica.

El pronóstico dependerá de qué tan avanzado y que tan extensas sean las lesiones.

¿Cómo evitar que nuestro gatito contraiga cáncer de piel?

Guardar a tu gato en el interior de casa durante el día o al menos durante las horas más fuertes de sol (de 10 a 17 hs) es la manera de evitar esta enfermedad.  En el cáncer de piel, la prevención es fundamental.

Una de las razones por las que insistimos en la importancia de la seguridad del hogar y evitar que nuestros gatitos tengan accceso al exterior, es la prevalencia de las enfermedades virales. Estas enfermedades, muy frecuentes en gatos callejeros, son altamente contagiosas y reducen significativamente la calidad y la expectativa de vida de nuestros gatos, causando graves problemas de salud e incluso la muerte. Les comentamos sobre algunas de ellas:

Virus de la leucemia felina (ViLef)

El virus de la leucemia felina (Vilef) es un retrovirus que deriva en la enfermedad conocida como leucemia felina. Esta enfermedad se produce cuando el virus infecta por completo el sistema inmune, dañando y destruyendo principalmente los glóbulos blancos. Esto causa una supresión del sistema inmune, provocando que el gato sea suceptible a infecciones secundarias, además de varias alteraciones a su organismo. También puede provocar anemia y varios tipos de cáncer.

¿Cómo se contagia?

El contagio se produce por contacto con secreciones de un gato infectado a uno sano. Esto puede ocurrir por acicalamiento mutuo, por compartir bebederos y sanitarios, o por mordeduras. Además se contagia por vía uterina y por lactancia de la madre a los bebés.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas son muy variados e inespecíficos, al ser una enfermedad que causa varias alteraciones y patologías crónicas. Entre ellos se encuentran: Pérdida de apetito y de peso, letargo, infecciones crónicas, fiebre, deterioro progresivo general, pelaje anormal, anemia, inflamación de ganglios linfáticos, entre otros. El diagnóstico se realiza por test rápido, o por análisis de sangre (PCR). Es importante repetir el test al menos una vez, especialmente si se trata de un gatito jóven, porque en algunos casos la carga viral es muy baja inicialmente y da un resultado negativo, aunque el virus esté presente.

Los síntomas son muy variados, al ser una enfermedad que causa varias alteraciones y patologías crónicas no hay síntomas específicos. Entre ellos se encuentran: Pérdida de apetito y de peso, letargo, infecciones crónicas, fiebre, deterioro progresivo general, pelaje anormal, anemia, inflamación de ganglios linfáticos, tumores, entre otros. El diagnóstico se realiza por test rápido o por anális de sangre (PCR), es importante repetir el test al menos una vez, especialmente si se trata de un gatito jóven, porque en algunos casos la carga viral es muy baja inicialmente y puede dar lugar a falsos negativos. En gatitos menores a 6 meses no es muy confiable el estudio, hay altas posibilidades de falsos positivos y falsos negativos.

Expectativa de vida y tratamientos:

Actualmente no existe una cura para esta enfermedad ni un tratamiento que pueda eliminar el virus. Los tratamientos existentes sólo tratan sintomas y mejoran la calidad de vida. En la mayoría de los casos, los gatos infectados con este virus tienen una expectativa de vida de 3-4 años luego del diagnóstico. Es posible que un gato infectado no desarrolle la enfermedad, y viva muchos años sin ningún síntoma, pero de todas formas es portador del virus y puede infectar a otros, por lo cual es importante tener las precauciones adecuadas. En gatos muy jóvenes, la expecativa de vida es mucho menor, de un año o menos. El estrés disminuye la calidad y expectativa de vida de un gato con estas enfermedades virales. 

En gatos que desarrollan la enfermedad hay que estar muy pendiente de pequeños síntomas para agarrar a tiempo enfermedades curables. También es muy importante que tengan una alimentación rica en proteínas y baja en carbohidratos para prevenir la aparición de tumores, e incentivar la toma de agua (ver hidratación en gatos) para evitar problemas renales.

Prevención

La mejor forma de prevenir el contagio, es impedir el acceso al exterior del hogar a nuestros gatos, de esta forma no pueden contagiarse al no tener contacto con otros gatos. 

Castrar a tu gato, evita posibles peleas con otros y así la posibilidad de que resulte infectado. 

En caso de tener un gato diagnosticado con ViLef, no debes incorporar más gatos al hogar a menos que también estén infectados. 

Si nuestro gato no está infectado, al ingresar un nuevo gato debemos asegurarnos que

también sea negativo a ViLef antes de integrarlos. 

Existe una vacuna disponible en nuestro país desde 2023, puede ayudar a la prevención en gatos sanos que conviven, tienen contacto, o pueden llegar a tener con gatos infectados. La vacuna disponible en nuestro mercado se llama Novibac Feline 2-FeLV, la cual genera inmunidad por 2 años. La primera vez que lo vacunamos son dos dosis, una dosis inicial y una segunda dosis que se administra de 3 a 4 semanas después. Cada dos años se vuelve a vacunar pero solamente se utiliza una dosis. Recordar realizarle primero el test rápido o PCR a tu gatito, para confirmar que no tenga leucemia antes de vacunar.

La mejor prevención en todos los casos es evitar completamente el contacto.

 

 








Cuando se convive con un gato en el hogar, hay que poner especial atención a su salud. Los gatos pueden ser víctimas de diversos parásitos, internos y externos, que no sólo pueden afectar su bienestar, sino el de todos los que viven en casa.

Podemos clasificarlos en dos categorías: parásitos internos y parásitos externos. Esta clasificación se da debido al sitio donde se alojará el parásito en el cuerpo de tu felino.

Los parásitos internos se alojarán en el interior del cuerpo de tu gato (como intestinos o pulmones entre otros órganos), los parásitos externos se alojarán en el exterior de él (generalmente adhiriéndose a la piel de este y nutriéndose de la sangre que absorben a través de ella).

PARÁSITOS EXTERNOS:

Son aquellos que se encuentran en el pelo y la piel. Causan picor y chupan la sangre de tu gato, perro y otros animales de compañía. Entre los más frecuentes están las pulgas que, si no se eliminan rápidamente, pueden poner huevos y con el tiempo aparecerán sus larvas. Además están las garrapatas, los piojos y los ácaros del oído.Es importante controlar las infestaciones de pulgas en los gatos y en el hogar, ya que estas pueden reproducirse rápidamente.

Síntomas de parásitos externos en gatos

Pueden observarse reacciones alérgicas, rascado excesivo, irritación de la piel, heridas o costras, dermatitis y alopecia a causa de las pulgas.

Podemos atacar una infestación externa de parásitos con:

  • Pipetas de administración mensual
  • Collares  
  • Sprays
  • Talcos
  • Pastillas de administración oral

Con los gatos hay que ser muy cuidadosos a la hora de elegir el producto. Siempre debes consultar con el veterinario para que te brinde el más adecuado, de acuerdo a la edad y peso de tu gato y que no corra riesgo de intoxicarse. También si el gato es alérgico o tiene mucho pelo, hay productos que dan un mejor resultado que otros. El veterinario también indicará la frecuencia con la que debes reaplicar el producto para conservar a tu gato sin pulgas.

NUNCA debes tratar a tu gato con el mismo producto que a tu perro. 

Mantener a tu gato limpio y cepillado regularmente ayuda a eliminar los huevos y las pulgas adultas. También el conservar la cama del gato y el área donde se encuentra habitualmente limpia, contribuye a la prevención contra estos parásitos.

PARÁSITOS INTERNOS:

Son pequeños organismos (principalmente gusanos y protozoos) que viven en el interior del cuerpo del animal, especialmente en el intestino, el corazón y los pulmones, entre otros órganos.

Muchos parásitos internos tienen ciclos de vida complejos y migran por el cuerpo del animal infestado a medida que maduran. 

Síntomas de parásitos internos en gatos

Pueden observarse vómitos, diarrea, pérdida de peso, apetito reducido, inflamación del abdomen, debilidad, letargo y en casos graves anemia.

Los parásitos pueden causar irritación anal, que, en ocasiones, provoca que el gato arrastre la zona de la parte posterior por el suelo de una manera muy característica para aliviar el picor.

En el caso de los parásitos internos del intestino, en ocasiones es posible ver los gusanos en las heces. Sin embargo, los huevos son microscópicos,al igual que las giardias y coccidias, por lo que no es posible detectarlos a simple vista.

Algunas mascotas infectadas no muestran ningún síntoma clínico. La mayoría de los animales adultos pueden sufrir únicamente un ligero deterioro de su estado general, por lo que muchos propietarios no son capaces de detectar el problema. 

Análisis:

Para confirmar el diagnóstico de infestación parasitaria, el veterinario puede realizar diferentes estudios.

Un coproparasitario consiste en un examen al microscopio de las heces para buscar huevos tras la aplicación de una técnica especial. Así se puede determinar si un gato está infestado por parásitos. La cantidad de muestras a tomar y frecuencia, la determinará tu veterinario de acuerdo al tipo de parásito.

Puedes evaluar junto con tu veterinario, la posibilidad de realizarle un coproparasitario a tu gato, antes de desparasitarlo regularmente. De esta manera se podrá confirmar que realmente necesite el desparasitante antes de administrárselo.

Los test rápidos de antígenos como lo son los Snap Giardia de IDEXX pueden ser una herramienta interesante a la hora detectar estos protozoos. En el caso de que el animal tenga  Giardias, su eliminación es intermitente por lo que puede ocurrir una situación en la que no se observen al microscopio(coproparasitario negativo), pero el animal sí esté parasitado (falso negativo)

El veterinario también puede llegar a realizar otras pruebas diagnósticas, como una radiografía de tórax, una ecografía abdominal u otros análisis, para evaluar posibles anomalías en los órganos de acuerdo a los signos clínicos y de sus sospechas clínicas.

Podemos atacar una infestación interna de parásitos con:

  • Pastilla de administración oral
  • Líquido
  • Pipeta con acción contra parásitos internos y externos (generalmente es menos efectiva que los otros métodos)

El tratamiento dependerá del tipo de parásito y la edad de tu gato. La dosis que necesita cada gato depende de su peso.

La desparasitación es la única forma de eliminar eficazmente los gusanos intestinales. Para evitar nuevas infestaciones puedes realizar coproparasitarios regularmente o desparasitar a tu gato de manera preventiva. Consultar siempre a tu veterinario de confianza.